El último congreso de dermatología aporta nuevos tratamientos contra un mal que afecta a la mayoría de la población en algún momento de su vida.

 

Es el único problema capilar que aún despierta pudor. El cuero cabelludo es un termostato de precisión. Es la conclusión del último Congreso de Dermatología Mundial celebrado en Vancouver, donde se ha revelado por primera vez el papel que tiene el estrés oxidativo y cómo factores ambientales como el calor, sudor o la polución pueden agravarla.

El testigo lo tomaron unos científicos de la firma capilar H&S, que al evaluar los componentes lípidos de la piel descubrieron que el cuero cabelludo de quienes lidian con la caspa estaba bajo niveles anormales de estrés oxidativo. Y se pusieron manos a la obra para desarrollar una tecnología protectora. Suena a complemento de moda de los X-Men, pero se trata de una fórmula que crea un escudo invisible para proteger continuamente la superficie del cuero cabelludo contra la caspa y los factores externos que la agravan. Lleva piritionato de zinc (ZPT) y carbonato de zinc y han comprobado que su uso continuado reduce el estrés oxidativo hasta un 70%, proporcionando protección permanente. Es un punto de vista extremadamente novedoso. Quienes se pasan el día eliminando con disimulo copitos blancos de los hombros son mayoría. Según un reciente estudio de H&S, el 50% de la población tendrá dermatitis seborreica en algún momento de su vida. ¿Le parece mucho? Pues el 90% de la población ya padece algún signo, como picor o irritación.

Las prisas nunca son buenas…

Cosmética, ¿efectiva?

¿Cura o prevención? «La clave», señala Elio Estévez, director científico de Procter & Gamble, «está en la eficacia de la fórmula y en la distribución y retención del ingrediente activo, que debe ser capaz de alcanzar los lugares más difíciles». En este caso, la clave radica en llegar a la zona del infundíbulo fonicular, inclinado en la patogénesis y reaparición de la caspa y la dermatitis seborreica. El piritionato de zinc micronizado es capaz de penetrar en este espacio restringido y reducir el estrés oxidativo.

Otra vía de investigación trata por separado la caspa grasa (escamas amarillentas y espesas firmemente adheridas al cuero cabelludo) y la seca (con finas escamas blancas o grisáceas), acompañadas ambas de picor o rojeces moderadas. Los laboratorios Ducray incluyen un activo nuevo muy prometedor: el gliconato de guanidina, que facilita el proceso de descamación. Los geles exfoliantes también entran en escena por primera vez para acelerar ese proceso descamativo en la caspa grasa. Y es que el cuero cabelludo lleva años reclamando tratamiento a la altura de los de la piel del rostro. Y todo indica que la caspa, muy pronto, será algo parecido a un complemento vintage.