Un 12% de mujeres y un 3% de hombres continúan teniendo granos en la edad adulta, datos que evidencian que el acné no siempre desaparece cuando superamos la adolescencia. La piel es un espejo de nuestras emociones, nuestra salud y nuestros hábitos de higiene, tengamos la edad que tengamos.Las espinillas y puntos negros nunca salen porque sí, sino porque hay algo en nosotros que no va bien del todo. Averiguar por qué nos salen granos es el primer paso para poder erradicarlos.

¿Y cuáles son las causas que propician la aparición de estas antiestéticas lesiones?“En primer lugar, la herencia genética. A la vista está que unas personas son más propensas a tener granos que otras. Contra esta base heredada, no podemos hacer nada. Partiendo de este punto, está comprobado que el estrés, los cambios hormonales, una higiene ineficaz, el uso de cosméticos inadecuados para nuestra piel y la práctica de malos hábitos, como tocarnos la cara con las manos sucias, son factores que desencadenan la aparición de acné en aquellas personas propensas a ello. La buena noticia es que contra todos estos otros factores sí podemos luchar, continúa la dermatóloga.

Del estrés a la falta de higiene

Cuando estamos estresados liberamos adrenalina, esta hormona aumenta la producción sebácea de las glándulas, el exceso de grasa no puede ser eliminado, los poros se obstruyen y aparecen los tan temidos granos. Algo similar ocurre con los cambios hormonales, no solo con los propios de la pubertad, sino también con los propios de las mujeres como son el embarazo, el ciclo menstrual, o el posparto. Tampoco hay que olvidar que ciertos anticonceptivos generan acné, en cuyo caso la visita al ginecólogo resulta imprescindible

Por otro lado, es evidente que tocarnos la cara con las manos sucias, hablar mucho por el móvil –lo dejamos en cualquier lado– y acostarnos sin desmaquillarnos son hábitos de higiene inadecuados que acaban obstruyéndonos los poros de suciedad, grasa y bacterias, igual que utilizar cosméticos inapropiados para nuestro tipo de piel: ¿qué puede ocurrir si tenemos la piel grasa y a diario nos damos una crema que estimula la producción de nuestras glándulas sebáceas? Pues montones de granos.

Otras malas costumbres son las siguientes: La manipulación y el rascado de las pústulas, una manía de lo más extendida que favorece el contagio, la infección y la aparición de cicatrices; tapar los granos con tiritas propicia el crecimiento de bacterias, y cubrirlos con capas y más capas de maquillaje no hace más que empeorarlos. ¿Y qué pasa con la dieta? Algo muy sorprendente, pues los factores dietéticos (fritos, chocolate, embutido…), a los que tanta importancia se dio en el pasado, no se consideran relevantes actualmente. Según esta investigación de laAcademia de Nutrición y Dietética Americana, no hay alimentos concretos que provoquen granos, sino una dieta habitual y alargada en el tiempo con niveles elevados de azúcar.

Una solución quiero

Dicho todo esto, está claro que para evitar la aparición de granitos debemos intentar mantener el estrés a raya y ser muy pulcros, pero ¿y si aun así, nos salen?, hay que utilizar el exfoliante, el tónico y la pomada que nos indique el dermatólogo, erradicar la costumbre de tocarnos la cara cada dos por tres y limpiar el móvil con toallitas antibacterianas todos los días.

Se recomienda lavarse la cara dos veces al día con un jabón especial, recetado por el dermatólogo, procurando no restregar con demasiada fuerza para no irritar aún más la piel. También aconsejan utilizar cosméticos libres de aceites y de fragancias y comprar maquillajes y sombras de ojos en polvo, mejor que en crema. Además, insisten en que hay que limpiar las brochas de maquillaje, como poco, una vez al mes, y cambiar las fundas de las almohadas más de una vez a la semana. Los expertos de salud y belleza de la firma de cosméticos L’Oréal París añaden: «Apliquemos semanalmente la mascarilla facial que nos haya prescrito el dermatólogo, específica para nuestro tipo de piel, y dejémosla actuar un tiempo mínimo de 20 minutos».