La transpiración o sudoración es una función de la piel para mantener constante nuestra temperatura corporal. Sin embargo, la hiperhidrosis o exceso de sudor impredecible e incontrolable puede dificultar las relaciones sociales y laborales del paciente.

Qué es la hiperhidrosis

La hiperhidrosis es el exceso de sudor o transpiración excesiva que se produce de forma espontánea, sin ser causada por temperaturas altas o por situaciones de tensión física o emocional.

¿Por qué sudamos?

La transpiración es una función de la piel que supone la liberación de líquidos ricos en sales, por parte de las glándulas sudoríparas. Esta función sirve, fundamentalmente, para favorecer la termorregulación, es decir, para mantener constante la temperatura corporal a 37 º C.

Cuando el cuerpo necesita liberar calor se produce la transpiración y el refrescamiento de la piel por evaporación. Por este motivo sudamos cuando tenemos calor, durante el ejercicio físico o en situaciones de tensión, en la que la descarga nerviosa aumenta nuestra temperatura corporal.

El cuerpo humano cuenta con un total de entre 2 y 4 millones de glándulas sudoríparas, que se activan en la pubertad. Las glándulas sudoríparas localizadas en las palmas de las manos, plantas de los pies, cráneo, rostro y axilas son especialmente sensibles a los estímulos psicológicos.

 

Tratamientos de la hiperhidrosis

Tratamientos médico-dermatológicos:

  • Clorato de aluminio: empleado como antiperspirante, suele requerir altas concentraciones en los productos, por lo que puede causar irritaciones en la piel. Su eficacia tarda unos 5 días en manifestarse.
  • Sustancias anticolinérgicas: Oxibutina, Glicopirrolato y otras, que no están exentos de efectos secundarios.

Tratamientos quirúrgicos:

  • Eliminación de las glándulas sudoríparas mediante diferentes procedimientos quirúrgicos de distinto grado de invasividad: succión, curettage subdérmico, liposucción o curettage directo, éste último mediante la disección y despegamiento de un colgajo cutáneo que permita evertir la piel y extirpar la mayor parte de las glándulas.
  • Simpatectomía Endoscópica Torácica: inutiliza los ganglios torácicos principales de la cadena paravertebral, responsables de la inervación de la región a tratar. El éxito de esta cirugía es mayor en niños y presenta una eficacia del 80%. Están descritos altos ratios de hipersudoraciones de compensación, que aparecen en zonas que no sudaban antes de la cirugía. Una variante de esta técnica es la simpatectomía lumbar para la hiperhidrosis plantar, que se acompaña de efectos secundarios que la hacen poco viable.
  • Otras técnicas son la Simpatectomía Subcutánea Temporal con fenol y la iontoforesis.