Se denomina tabaquismo al consumo habitual de hojas de tabaco y de sus componentes adictivos.
La nicotina es un alcaloide que tiene un efecto vasoconstrictor, además en el humo del tabaco existen sustancias cancerígenas como el benzopireno que se forma durante la combustión del tabaco. Durante la combustión se produce monóxido de carbono que al unirse a la hemoglobina desplaza al oxígeno formando carboxihemoglobina, disminuyendo el aporte de oxígeno a los tejidos. En las mujeres fumadoras la piel se observa seca y más propensa a la atrofia cutánea. El tabaco disminuye los niveles de vitamina A y la acción de los fibroblastos, produce cambios en la cantidad y calidad del colágeno y la elastina pudiendo llegar a la atrofia dérmica.
La cicatrización es más lenta después de las cirugías de los fumadores por lo que 3 semanas antes de una operación y 4 semanas después se debe prohibir el fumar, sobre todo en grandes cirugías o en cirugías estéticas. Entre las enfermedades dermatológicas del fumador se destaca el cáncer de labio, el 80% de los pacientes que tienen este cáncer son fumadores, esta comprobado que el riesgo es mayor en aquellas personas que se exponen más tiempo al sol, el cáncer oral se da con mayor frecuencia en fumadores que a su vez beben alcohol.
Los implantes dentarios duran menos tiempo que lo normal. El fumador tiene características cutáneas propias, las arrugas peribucales aparecen a temprana edad, la facie presenta un aspecto demacrado, arrugas más profundas, piel de color cetrino, sucio, deslucido. Las uñas de la mano que sostiene el cigarrillo son amarillentas o parduscas, como así también puede ser el cabello.