Las personas que sufren de hiperdrosis, tal como se conoce al padecimiento de sudoración excesiva, sabrán que el exceso de humedad, las manchas en la ropa y los malos olores, pueden convertirse en un motivo de estigmatización social y crear barreras laborales, causando conflictos psicológicos en los casos más extremos. Por esto, hallar una solución real, aunque sea momentánea, puede volverse un tema clínico de primera necesidad.

Probablemente no se relacione el uso de la toxina butolínica diluida, mejor conocida como botox, a casos médicos no vinculados con la estética. Sin embargo, en el último tiempo, se han hallado varias aplicaciones útiles, como tratamientos de problemas oculares, cuidados del sistema nervioso central y control de la sudoración excesiva.

El tratamiento consta de una inyección anual, al inicio de la estación cálida, es decir entre Noviembre y Diciembre, para controlar la afección durante estos meses que son cuando más suele molestar. La mayoría de los pacientes tolera bien la aplicación del producto, sin efectos secundarios. Los cambios comienzan a verse entre dos y cuatro días más tarde, y en una semana se espera que la patología este controlada totalmente.

Este tratamiento aparece como una vía novedosa y segura, a fin de evitar la intervención quirúrgica, que tampoco elimina el problema absolutamente y conlleva otro tipo de perjuicios mucho más graves. En cambio, la aplicación de dos o tres inyecciones a los largo de todo el año, pueden lograr un control total del problema, sin someterse a intervenciones invasivas, con la comodidad de que se continua con las actividades diarias, sin necesidad de internación. La duración estimativa de cada inyección de cuatro a ocho meses, según la gravedad del caso tratado.

Consultá con tu dermatólogo, pedile que te realice un chequeo para comprobar si sos un candidato propicio para el tratamiento, y realizá todas las preguntas que consideres necesarias.