Durante el a;o posterior al nacimiento del bebe, hay algo que muchas mujeres acusan y que, hablando llano, se denomina coloquialmente como ‘mala cara’. Algo que tiene mucho que ver con el nuevo ritmo de vida, donde todos los ciclos de los padres pasan a seguir los del bebé recién nacido,incluidos los del sueño y las comidas, y que tienen un impacto evidente en la aparición de ojeras, las mejillas hundidas o en el hecho de presentar una piel más pálida que de costumbre.
Sin embargo, existen otros factores menos evidentes posteriores al embarazo y parto, que tienen un peso sustancial en la ‘mom face’ que muchas mamás presentan en los doce meses después de dar a luz. Factores sobre todo hormonales, que afectan al aspecto de la piel, y que el Dr. Antonio Martorell,especialista en dermatología médica y estética y miembro de la Academia española de Dermatología, nos aclara.
¿POR QUÉ LA PIEL TIENE UN ASPECTO DISTINTO?
‘El período del embarazo supone multitud de cambios a nivel inmunológico y a nivel hormonal’, que se desarrollan tanto durante la gestación y también después de dar a luz. ‘Hay que tener en cuenta que, aunque resulte raro, el bebé que está en el vientre de la madre es reconocido por el cuerpo de la mujer como un cuerpo extraño, y por ello durante el embarazo se producen varios cambios a nivel inmunológico para evitar un rechazo’.
Pero, ¿por qué cambia el aspecto de la piel después de dar a luz? ‘En los primeros meses tras el parto, la piel todavía se encuentra en un período de adaptación post-embarazo: durante esta época, los niveles de progesterona y estrógenos descienden, y los niveles de las células inflamatorias se encuentran en fase de recuperación. Es por ello que en los primeros meses, la piel muestre signos desequedad, flaccidez y pérdida de luminosidad, entre otras cosas’.
Esta pérdida gradual de ese ‘brillo’ que suelen emanar las mujeres embarazadas se refleja principalmente en el rostro, que suele acusar estos cambios, y que las mamás normalmente no achacan tanto a los vaivenes hormonales como su nuevo ritmo de vida. Para evitarlos, sin embargo, existen multitud de tratamientos médico estéticos que pueden ayudar a pasar este primer año con mejor cara. ‘Este aspecto negativo de la piel se puede combatir mediante el uso de diferentes tipos de peeling o de mesoterapia’, nos explica el doctor Martorell, ‘que varían dependiendo de cada caso, y siempre tras una evaluación individualizada de la madre.’
LAS GRANDES ENEMIGAS: LAS OJERAS
Aunque médicamente se las conozca como hipercromía idiopática del anillo orbitario, las personas de a pie las llamamos simple y llanamente ojeras, y son uno de los signos más evidentes del cansancio acumulado y la falta de sueño. Según nos explica el especialista, ‘existen diferentes tipos de ojeras, aunque según la variante se pueden prevenir y tratar’. Vámos cuáles se ajustan al perfil de la ‘mamá-recién-estrenada’.
Ojeras congestivas de color violáceo. ‘Se producen por un acumulación de líquidos en la red circulatoria del párpado inferior’. Se pueden tratar con productos descongestionantes, que contengan componentes como la vitamina K, la cafeína, la vitamina C o el estracto de árnica. A su vez, este tipo de ojera se puede cubrir con bases de maquillaje, correctores, productos antiojeras e iluminadores.
Ojeras hereditarias o marrones. ‘Son fruto de la herencia familiar, al igual que heredamos el color de los ojos o del pelo’. Con este tipo de ojera, la prevención no funciona tan bien como en el caso anterior, aunque podemos usar trucos de maquillaje para disimularlas.
Ojeras producidas por el ‘surco de la lágrima’. ‘Se trata de una arruga provocada por la pérdida de grasa en la región debajo del ojo’. Este tipo de ojera, además, es fácilmente corregible mediante el uso de relleno de ácido hialurónico.
Ojeras producidas por la caída del pómulo. ‘Surgen como resultado del envejecimiento natural del rostro, y la pérdida de contenido de los depósitos grasos’. Un efecto natural del paso del tiempo, que afecta al pómulo, y que revela una marcada ojera en el canto interno del ojo. Según el especialista, también se puede corregir mediante el uso de rellenos de ácido hialurónico.
HORMONAS, MANCHAS Y ACNÉ
‘El acné del embarazo no es un fenómeno excesivamente frecuente, aunque, debido los cambios hormonales, sí que se pueden producir brotes’. Durante esta fase, así como la posterior lactancia, es preferible no usar productos que contengan antibióticos u otros principios activos, ‘ya que pueden ser perjudiciales para el bebé. En esta época son más aconsejables los tratamientos cosméticos que ayudan a reducir la grasa facial, y a controlar estos brotes adecuadamente’.
Junto a los granitos que acompañan a los vaivenes hormonales, existe otra preocupación cosméticapropia del embarazo, que en ocasiones se prolonga después del parto y a veces requiere tratamiento (aunque sólo estético). Son las manchitas de la cara, que surgen durante la gestación, y de las que, según el doctor Martorell, existirían ‘dos tipos diferentes: por un lado el melasma, que son manchas marronáceas, de aspecto difuso, y que afectan principalmente a las mejillas, la frente y la zona del labio superior’. Este tipo de manchas se pueden prevenir parcialmente, ‘ya que en ellas juega un papel importante los rayos del sol y los cambios hormonales’. Las armas más eficaces para combatir el melasma: la crema de protección solar, que de debe aplicar durante todo el embarazo, y lostratamientos postparto, como peeling despigmentantes, que se suceden una vez finaliza la lactancia materna.
El otro tipo de manchas que a menudo aparecen asociadas a la gestación son las manchas bien definidas, ‘a modo de confetti, con coloración marrón más o menos intensa, y que se reparten en las mejillas y en el dorso de las manos’. En este tipo de lesiones, el sol también juega un papel importante (imprescindible en cualquir caso hacer uso de las cremas fotoprotectoras), aunque presentan la peculiaridad de ‘poder tratarse con un láser específico, que permita eliminarlas casi en su totalidad’.